viernes, 25 de abril de 2014

Imprimibles para el Día de la Madre


Queda poco más de una semana para el Día de la Madre y no quiero dejar pasar esta ocasión para cederos unos imprimibles recién salidos del horno para vuestro regalo. Es cierto que la mayoría de lectoras de este blog sois mamás y es a vosotras a las que hay que regalar, pero siempre se lo podéis dar a vuestras propias madres o decirles a vuestros “maromos”: métete en este blog y verás que cosas tiene, jiji.

Este va a ser mi primer día de la madre y aunque no sé de que manera lo celebraré con mi hijo sé que será un día especial. Recuerdo perfectamente el del año pasado, cuando aún estaba en la barriga y no dejaba de darme pataditas.

Aquí tenéis los imprimibles. Son cuatro y los podéis sacar en el tamaño que queráis. O bien como tarjeta que acompañe a vuestros regalos –algo comprado o una manualidad– o como el regalo en sí mismo comprándole un marco chulo.



En cuanto a ideas de regalo, yo soy más de manualidades, aunque admito que algo comprado también hace mucha ilusión. Para el Día del Padre no tuve demasiado tiempo –me hubiera gustado hacer algo más “currado”– pero al papi le encantó: un lienzo con la huella de su niño para colgarlo. Debajo, la fecha y su nombre. Sencillo, barato y muy sentimental.





Podéis descargaros los imprimibles aquí:





¡Feliz fin de semana!

Objetivo mamá

domingo, 20 de abril de 2014

Histerismos de madre I

¡Hola! 

Cada vez que escribo pido disculpas, así que hoy no lo voy a hacer. Simplemente puedo decir que el último mes ha sido terrible en cuanto a lo que trabajo se refiere, a lo que tengo que sumar las primeras fiebres de mi bebé.

El caso es que tengo un montón de temas en la "mochila" y pienso sacarlos todos. Además, en breve estaremos de aniversario así que...¡Eso significa sorteíto de los buenos!

Este post se titula "Pánicos de madre I" porque sé que es un capítulo que retomaré en varias ocasiones.

Creo que todas las madres estarán de acuerdo conmigo en que desde el momento en que te quedas embarazada empiezan a asaltarte temores. No sólo del tipo "¿estará bien?", sino también del tipo "¿como lo haré?".

El caso es que soy una madre asustona más –y no creo que más de lo normal– y cada dos por tres me asaltan temores y penas.

Y digo penas porque hace ya dos meses que mi niño no duerme con nosotros en el cuarto –aunque la mayoría de los días acaba con nosotros en la cama cuando se despierta– y recuerdo la primera noche con una pena tremenda. Por fin volví a dormir a oscuras, pero recuerdo que aquellos primeros días me levantaba hasta tres y cuatro veces para ver si estaba bien. Esto lo catalogo como PÁNICO DE LA NOCHE. Ya lo llevo mucho mejor. Hay noche que incluso no me despierto.

Este verano haremos un viajecito y antes o después mi niño tendrá que quedarse a dormir con los abuelos. Sé que la primera vez me costará más y que llegará un día en que lo pida a gritos pero de momento NO QUIERO. Pero si, más pronto que tarde, llegará. Esto para mi es PÁNICO A LA INDEPENDENCIA. Por supuesto mía, no de él, que es más feliz que una perdiz.

Como decía al principio, la semana previa a Semana Santa el gordito ha pasado por una faringitis con placas en la garganta y con picos de fiebre de 39. Ya sé que es lo normal y que, como quedarse a dormir fuera, algún día llegaría pero... ¡No estoy preparada! Verlo tan alicaído, con tanta fiebre y dolor me ha hecho pasarlo muy mal. Esto son los PÁNICOS A LA FIEBRE.

Para terminar el capítulo de madre histérica, diré que hace unos días vi a los niños de la futura guardería de Á irse de excursión a la granja. Lo peor de todo es que también los vi volver. ¿Sabéis qué? Estuvieron toooodo el día fuera y en vez de darme ternura me dio pánico. ¿Tantas horas fuera? Dios, pero si no tendrá más que 14 meses cuando empiece la guardería... Esto lo llamo PÁNICO A QUE SE HAGA MAYOR.

En fin. Que sé que todo esto es buenísimo y todo el rollo. Pero no puedo dejar de pensar en que no hace ni nueve meses que le estaba dando el pecho y hoy se pone de pie, gatea como Fernando Alonso y dice Ta-ta-ta. Y qué felicidad, oye.





Y tú, ¿sufres estos u otros pánicos?

Objetivo mamá