lunes, 26 de octubre de 2015

Operación "dedo"


¡Hola, hola!

Aquí estamos, de vuelta, y con energías renovadas. Aunque quienes me seguís en otras redes sociales sabéis que allí soy muy activa, es cierto que el blog ha estado un poco abandonado últimamente, cosa que va a cambiar, tengo el firme propósito y muchas cosas que contar, así que... ¡aquí estoy de nuevo!

Hoy quiero contaros nuestra particular operación "chupete". En nuestro caso se trata de la operación "dedo", ya que el rubio, que siempre ha sido muy independiente, con cuatro meses decidió que ya estaba bien de chupete y yo, o sea, su santa madre, le dejé meterse el dedo. ¡Craso error! Dos años después es una de las peores decisiones que tomamos, porque sabíamos que era perjudicial y, pese a eso, le dejamos.

Pero claro, esto no es de la noche a la mañana. Un día le ves con el dedo en la boca y piensas, serán los dientes. Al otro, que se tendrá que consolar con algo. Al tercero sabes que te has caído con todo el equipo y ya no sabes qué hacer.

Nuestro pediatra, nada más verlo en esa época, nos advirtió. "No le dejéis, quitarle la manía será difícil y puede deformársele el paladar". Nos recomendó vendarle el dedo. No lo hice, me daba pena, y en ese momento le estaban saliendo sus primeros cuatro dientes a la vez, así que le "dejé".

Han pasado casi dos años y ha tenido una verdadera adicción. Sí, hablo en pasado. Tras quince días creo que puedo afirmar que chuparse el dedo en mi casa ha pasado a la historia. (Y eso que yo me lo imaginaba con 10 años escondiéndose para chupárselo).

Estoy muy orgullosa de haberlo logrado, de que lo hayamos logrado. De que él, tan pequeño, haya sido capaz de conseguirlo.



Hace dos semanas observé que su dedo pulgar derecho –el que se chupaba sin medida– estaba feo. Tenía pus y estaba muy rojo. Previo consejo del pediatra le echamos una crema antibiótica y le hicimos lavados con agua con sal. Mano de santo, aunque, eso sí, hemos estado una semana liados con el tratamiento. 

Le hemos echado mucha psicología y le compramos tiritas infantiles. Micky Mouse y los Minions. Después de que se le curara ha estado otra semana más con la tirita, para afianzar el asunto. Estamos encantados porque no se ha metido el dedo ni una sola vez en la boca, ni siquiera para dormir. ¡Y eso que le están saliendo muelas nuevas!

En fin, quería escribir este post fundamentalmente para deciros que sí, que se puede, pero que hay que echarle voluntad y paciencia, porque en los primeros días la verdad es que le costaba aún más si cabe dormirse, echaba de menos su dedo... Pero los niños son más fuertes de lo que creemos. Cuando empezó a hacerlo y el pediatra me dijo que acabáramos con la manía busqué y rebusqué información, pero casi no había nada. Al final lo mejor es tapárselo, porque si no ellos lo hacen como acto reflejo.

Ahora parece que ha pasado a la historia, aunque permaneceremos expectantes.

Por cierto, que ya en pleno otoño tenemos muchas actividades en Málaga. Teatros, espectáculos, cuenta cuentos, estimulación musical... Tengo mucho que contaros.

¡Nos leemos!

Objetivo mamá