miércoles, 11 de enero de 2017

Recuerdos


Hace mucho, mucho tiempo que no escribo. Más del debido o habitual, pero ser madre de dos criaturas a tiempo completo me tiene sin un solo segundo del día libre. Mi hija nació en mayo y hoy puedo decir que todas las dudas que tuve cuando me quedé embarazada de si estaría a a altura y de si podría querer a alguien más que a mi rubio se disiparon. Ya lo dije el día que nació mi S: el amor se multiplica, el corazón se divide.

Empezamos 2017 con una recomendación. Cada año, en enero, recopilo las fotos del año anterior mes a mes. Hago una gran selección y luego voy descartando. Lo hago desde que nació mi rubillo, es la mejor forma de tener recuerdos y que estos no vivan en el disco duro. Nunca se sabe si se puede romper y lo que es seguro es que nos sentamos pocas veces ante el ordenador para ver fotos. Y, qué narices, me gusta la textura del papel, serán cosas de ser periodista y de negarme a que lo digital venza a lo tradicional.

Cada año, como decía, hago un álbum por meses de cómo ha ido el año. Es verdad que siempre es el niño el protagonista, a fin de cuenta él es nuestra vida. Ahora lo son ambos y pronto empezaré a seleccionar las fotos de 2016 que ha sido el otro gran año de mi vida.


Por eso, cuando vi que podía probar los álbumes Saal digital me interesó conocerlos. Me puse en contacto con ellos y me dieron un código con el que hice un álbum del embarazo y las fotos de nacimiento de la niña. Hasta ahora los hacía con otra marca que también me gusta pero la verdad que el acabado de los de Saal no los tiene la que llevo usando años y con la que hice hasta el álbum de mi boda. Lo que más me ha gustado es la textura de la portada y la contraportada y la calidad del papel, las fotos quedan genial. Además, para montar el álbum (del que se pueden elegir varios formatos, tamaños y diseños) te descargas un programa muy intuitivo con el que se trabaja muy bien. Pese a que te lo mandan de Alemania, el precio es el mismo que el de cualquier marca española.

    




Como os digo, los recuerdos son lo que queda. Una vez me dijeron que las personas que tenemos muchas fotos en marcos y cuadros es que somos nostálgicas. Debo serlo, me encanta la fotografía. Por eso os recomiendo que si estáis embarazadas o pensáis estarlo no dejéis de haceros fotos, es algo que pasa una vez en la vida (o varias, según seáis de valientes) y desde luego que merece inmortalizarse. Yo me hice dos sesiones. Una familiar, en un sitio de ensueño con una fotógrafa de Marbella (Vir Vera Photography) que además se ha venido a vivir definitivamente aquí tras estar años a caballo entre Málaga y Alemania y una más cañera y desenfadada en un bosque, del fotógrafo malagueño Álvaro Guerrero (3H VISUAL). Juzgad vosotros mismos.

 ¿Y una sesión de fotos en el hospital? Lo tuve claro cuando una gran amiga, que además de madre es fotógrafa, me preguntó que quería cuando naciera la niña. Le dije que una sesión de fotos en el hospital del momento en que se conocieron los hermanos... Un momento especial y único que gracias a Rocío P. Llamas quedó inmortalizado para siempre.

Y para terminar, fotos de bebé. No quería quedarme con las ganas y no lo hice. Pusimos a mi niña en manos del mejor, Miguel Ángel, de Piel de Algodón. Y sí, cuando digo el mejor digo el profesional más preparado de Málaga para inmortalizar a recién nacidos. No sólo el trato, sino su profesionalidad han hecho que se lo haya recomendado a varias amigas y se lo haya regalado a otra. Creo que la mejor publicidad es el boca a boca y cundir con el ejemplo. Vaya por delante que nadie me paga por este post, pero me gusta recomendar lo que me gusta y este post no podría dejar de ser escrito, aunque haya sido con mucho retraso.

Sed felices

Objetivo mamá